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Las kasbahs son alcazabas o fortalezas hechas en su mayoría con arcilla del desierto, el material que hay más a mano, por eso la mayoría son rojizas o anaranjadas. Suelen estar rematadas por un Ksar, es decir un alcázar o castillo, con sus almenas, torres y troneras. Dentro de sus murallas hay calles, casas, fuentes y todo un mundo de pasadizos, viviendas, comercios y personajes. Las kasbahs se construían sobre colinas o promontorios para protegerse mejor de los ataques de los enemigos, y en su interior hay fuentes y abastecimiento de agua para aguantar asedios. Del mismo color que las montañas, de lejos apenas las distinguimos pero, al acercarnos, descubrimos que lo que al principio parecía un monte es una fortaleza compuesta por multitud de casas cuadradas, ventanas diminutas, taludes, gruesos muros y torretas. A veces están decorados con dibujos beduinos o con los bordes pintados de blanco. Invariablemente son majestuosos y nos hacen retroceder cientos de años en el tiempo.

ait ben Haddou y Laurence de berebers
La kasbah de ait ben Haddou ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. En ella se filmaron algunas secuencias de 'Laurence de Arabia', la famosa película del director David Lean, que catapultó a la fama a Peter O'Toole y a Omar Sharif. Los magníficos escenarios naturales de esta película fueron determinantes para que otros directores de cine se decidieran a venir a filmar aquí. A pesar de su prestigio y de su indudable belleza, la fortaleza está en estado de semiabandono. Apenas se ve gente en sus calles, pero algunas ventanas recién pintadas o ropa secándose al sol nos indican que continúa habitada, quizá esperando la llegada de otra troupe de cineastas que la rescate de su letargo. Con suerte podemos encontrarnos con beduinos vestidos de un azul tan intenso que compite con el color del cielo, con encantadores de serpientes o con un grupo de dromedarios abrevando en el oasis cercano.

Tifoultoute, un belén viviente
La kasbah de Tifoultoute (se pronuncia 'Tifultuts'), se levanta orgullosa rodeada de palmeras, frente a un torrente que en verano suele estar casi seco. Aunque un poco venida a menos, sigue teniendo muchísimo sabor. En realidad es como el escenario de un enorme belén viviente en el que las mujeres van con el cántaro a la fuente, los niños se pasean con cabras o perros, se oyen los rebuznos de los asnos, los golpes de las mujeres majando mijo, el cacareo de las gallinas o el canto de los gallos. Las cigüeñas anidan a sus anchas y las palmeras se aglomeran frente a un río de color Cola-Cao. El ksar podría perfectamente ser el castillo de Herodes. Sólo faltan el portal y los tres reyes magos.
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iddir taouchikht 27 mei 2009, 07:23 - Rapporteer misbruik