sufrimiento de los inmigrantes
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Mucha gente que llega al Canadá llega engañada, el traficante de humanos al fingido e impostor asilado le promete visa de trabajo (cosa que no existe para un asilado o candidato de refugio que es lo mismo), el traficante le ofrece al inmigrante trabajo, papeles de residencia, dinero. En este punto del dinero cierto que existe el Welfare o Bienestar Social, institución provincial que obsequia dinero a los que solicitan asilo, no es sino lo indispensable para satisfacer las necesidades básicas las que son alimento, renta de vivienda, ropa, transporte, etc. El sistema de salud ya que es socializado es universal y gratuito para todo mundo siempre.
La gente al llegar se desencanta pues es enterada de que tiene que pagar impuestos si trabaja, claro que hay cientos de miles que trabajan ilegalmente sin pagar impuestos al mismo tiempo que reciben el Welfare o Bienestar Social, lo que es riesgoso he de dejarlo claro. En Canadá se paga la mitad de impuestos, la mitad de los ingresos. Esto para la gente que viene del tercer mundo es espeluznante pues es gente acostumbrada a un puesto de mercado y a puestos callejeros en los que vendía usado, robado o contrabando y lo que menos hacía era pagar impuestos.
La gente sufre por el idioma, pues no habla inglés ni habla francés, lo que le dificulta la vida mucho, eso frustra a mucha gente. La educación de idiomas es gratuita, las escuelas de idiomas francés e inglés son gratuitas y para todo mundo pero, el inmigrante que en general no conoce la disciplina que implica el proceso del aprendizaje, deja la escuela pues le da pereza, sueño, jaqueca, asco, etc. además que si trabaja es obvio que no le queda tiempo para ir a la Escuela. Es evidente que la gente necesita estar en casa con la familia y, en vez de ir a la escuela de idiomas, prefiere ir a casa a hacer sexo con la pareja.
Hay mucha frustración pues el mejicano hace siempre conversiones al peso y cuando ve que un pan en México cuesta 20 centavos de dólar y en Canadá cuesta dos cincuenta dólares, siente que lo asaltan, claro que rara vez acepta que gana doce dólares por hora, lo que en México ganaba doce centavos de dólar la hora, pero evita ver esa realidad.
En México la temperatura es de treinta grados en general, en Canadá sólo cuatro meses al año tenemos esa temperatura, el resto del año tenemos frío, frío al que no está habituado el inmigrante y, eso lo deprime muchas veces, aunque lo deprime estar sin la iglesia, sin la familia, sin el compadre, sin los amigos...
Al mexicano lo mata el ver el precio elevado del alcohol, pues México está compuesto de una tradición milenaria de beber alcohol a bajo precio, eso deprime a los mexicanos.
El mexicano está en general habituado a que la mujer debe traer las faldas hasta el suelo y no salir de casa. Aquí le desconcierta que las niñas de catorce años tienen novio y sexo con el novio. Eso alarma a muchos mexicanos que tienen la idea desvariada y loca de que en Canadá no hay moral. Es lamentable que el inmigrante no ve que en Canadá la seguridad es gigantesca, a tal punto que no hay bardas en las casas ni en las propiedades, claro que hay robos pero son resueltos las más de las veces y, la posibilidad de que roben la casa es casi nula, asaltos en las calles no existen. Esto difícilmente lo ve el inmigrante.
El inmigrante sufre de ver que hay hombres hermososo y que él no lo es y que su mujer en una de ésas le pide el divorcio pues se enamoró de otro hombre que es hermoso y sin panza ni alcoholismo como él. Además el macho sufre de que el canadiense no es religioso ni maltrata a la mujer con celos y demás deformaciones psicóticas como hace el macho mexicano, eso hace temer que la mujer cambie de ideas y se emancipe logrando un divorcio y la libertad a la que el necio llama libertinaje.
El inmgrante sufre de ver que se respetan a los niños, a los ancianos, a los homosexuales, a las mujeres, a los extranjeros, a los religiosos y a los ateos. Como el inmigrante viene de socieades monolíticas inamovibles teme que lo cambien. Que uno cambia si quiere pues nadie lo obliga a uno a nada contra su voluntad. Muchos inmigrantes para sentirse valiosos y por su inseguridad en el acto se meten a sectas cristianas para sentirse protegidos y aceptados por alguien. Ese paso es el peor pero la torpeza no se cura jamás, lo que no dio la naturaleza no lo da la Universidad de Salamanca.
El sufrimiento del inmigrante es una gran incapacidad para adaptarse, para aprender, para respetar y una gran incapacidad de aceptar pues ese etnocentrismo que le hace odiar gratuitamente al canadiense es demencial e incorrecto pues, hay que aceptar que el hombre y la mujer canadienses son sonrientes por ser amables, lo que el inmigrante interpreta como seducción y lascivia. El inmigrante en general gratuitamente juzga muy mal al canadiense.xaral 18 Apr 2009, 12:42 - Report