El mercado inmobiliario
Los belgas cuentan con un poder adquisitivo alto. En consecuencia, el 75% de la población posee al menos una vivienda. En general, los precios en Bélgica son más bajos que en otras ciudades de Europa occidental. Aunque Bruselas (el destino más popular de los expatriados) es la ciudad más cara, resulta barata si se compara con los precios de otras capitales europeas.
En Bélgica no hay restricciones para que extranjeros adquieran una propiedad: es posible comprar una casa sin ser residente en Bélgica. Sin embargo, el proceso de compra puede requerir muchos trámites y presentar ciertos obstáculos. Para que este sea lo más sencillo posible, es recomendable investigar y recurrir al asesoramiento de expertos.
¿Es comprar siempre la mejor opción?
A pesar de los precios bajos de Bélgica, comprar no tiene por qué ser la opción más apropiada. El tiempo que se planea residir en el país es la cuestión más importante. Si la estancia es de menos de 5 años, quizás el alquiler resulte más económico, puesto que la compra acarrea un impuesto de adquisición y otro sobre el patrimonio del 16,5% por la venta de propiedades durante los 5 años posteriores a la compra. Por otra parte, existen ciertas bonificaciones fiscales asociadas a la posesión de una propiedad.
Agentes inmobiliarios
Es recomendable buscar asesoramiento inmobiliario antes de comprar una propiedad. Contratar a un agente puede ser útil para encontrar exactamente lo que buscas y garantizar el mejor precio. Los honorarios de estos agentes oscilan entre 250 y 1.000 euros, pero esta inversión suele merecer la pena. Los agentes inmobiliarios en Bélgica están registrados de forma oficial, por lo que constituyen un asesoramiento seguro y experto.
El proceso legal
Una vez te hayas decidido por una casa en particular, puedes ofrecer un precio más bajo que el máximo que estarías dispuesto a pagar y negociar. Cuando hayas pactado el precio, es posible que necesites firmar un ‘contrato de compromiso de compra’ (offre d’achat/koopintenties). Este no es obligatorio pero sirve para obligar al comprador a adquirir la propiedad. Sin embargo, el vendedor todavía tiene el derecho anular el acuerdo si así lo desea.
Si todo va bien, el vendedor y el comprador firman un ‘contrato de venta (compromis de vente/verkoopcompromis). Este contrato obliga a proceder con la compra a menos que el vendedor actúe de mala fe. El contrato incluirá un depósito del 10% de venta acordado que se perderá si el comprador no adquiere la propiedad.
Ambas partes deberán acudir a un notario, que será responsable a redactar las escrituras (acte notarié/notariële akte) que transfieren la propiedad al nuevo propietario. Tras la compra, existe un plazo de 4 meses para registrar el título de propiedad en una oficina local de registro y realizar el pago de las tasas de registro.
Por ley, todos los contratos y títulos firmados deben estar escritos en francés u holandés y su contenido debe ser completamente comprensible para ambas partes. Si no te es posible entender el contenido del contrato, es posible que necesites contratar un traductor (recuerda que tu agente inmobiliario o tu notario también podrían asistirte en la traducción).
Tasas
La compra de una propiedad en Bélgica lleva asociadas algunas tasas. La más común es la 'tasa de registro' cuyo pago debe realizarse en los 4 meses posteriores a la compra. Esta tasa es del 12,5% del precio de venta, excepto en Flandes, donde es del 10%. Sin embargo, ciertas excepciones aplican:
En primer lugar, si has adquirido una propiedad nueva (que ha estado ocupada por menos de 2 años) no es necesario pagar esta tasa. En su lugar, debes pagar un IVA del 21% del precio de venta.
En segundo lugar, a cada propiedad en Bélgica se le asigna un valor de renta catastral (revenu cadastral/kadastraal inkomen). Si tu nueva casa tiene un valor catastral inferior a 745 euros, la tarifa de registro se reduce al 5% en Flandes y al 6% en otras zonas de Bélgica. Sin embargo, esta reducción no es aplicable en Bruselas.