Lo más importante es decidir qué te vas a llevar. ¡Piensa antes de hacer las maletas! ¿Qué necesitas? ¿Qué puedes comprar allí? Piensa que el espacio cuesta dinero y que no merece la pena llevarse un montón de trastos que no sirven para nada. Vender algunas de tus cosas puede generarte más dinero de lo que piensas (y lo necesitarás), o si no se las puedes regalar a tus amigos, prestárselas o meterlas en un guardamuebles.
Una vez que has decidido qué llevar, piensa en cómo transportarlo. Si crees que no es mucho y quieres ahorrarte dinero, puedes hacer la mudanza tú mismo. Recuerda que hay un límite máximo de equipaje por persona si vas en avión, autobús, tren, barco, e incluso en coche. Alquilar una furgoneta te resultará mucho más barato que pagar a una empresa de mudanzas. En muchos países puedes conducir una furgoneta de hasta 7,5 toneladas con un permiso de conducir normal. Tendrás que asegurarte de que puedes conducir el vehículo en el país o países por los que vas a pasar.
Por descontado, tendrás que cargar y descargar todo tú solo. Esto puede suponer mucho trabajo y ser muy complejo si no tienes los materiales adecuados para envolver y empaquetar, así que asegúrate de tener la cantidad necesaria de material de embalar, cinta adhesiva y cajas. Recuerda también que no puedes poner cosas frágiles en cajas, necesitarás contenedores especiales. A no ser que convenzas a tus amigos para que te ayuden, te llevará varios días e incluso un par de semanas empaquetar, cargar, transportar, descargar y desempaquetar todo (eso sin contar el esfuerzo físico que supondrá). Ten en cuenta también otras dificultades como escaleras, pasillos estrechos, malas carreteras, etc.
Si un camión de 7,5 toneladas no es suficiente para llevar todas tus cosas, te puedes volver loco haciendo viajes si tu nueva casa está lejos. En este caso, hacer tu propia mudanza sin ayuda de una compañía especializada puede ser muy difícil e incluso más caro si tienes que alquilar la furgoneta durante varios días (días durante los cuales no podrás ir a trabajar). Ten en cuenta además, que tu seguro de hogar no suele cubrir las pertenencias que están en tránsito.
Aún así, si crees que tienes el tiempo, la fuerza y las ganas de hacerlo, ¡no lo dudes! Después de todo, son tus cosas.